Jean Haviland, Alemania, Bavaria, azucarero, 1920's - 1930's
DESCRIPCIÓN
De la legendaria Haviland, viene este espectacular azucarero en suave rosado y decorada con hojitas naranja y mostaza.
Jean Haviland nació en Francia y creció en la fábrica de porcelana 'Haviland' de su padre en Limoges hasta que decidió emigrar y fundar su propia compañia en Alemania. Cambió más tarde su nombre por Johann y por ello existen sellos con Jean Haviland y luego con Johann Haviland.
Una pieza única para amantes de la historia.
120cc aprox.
Nota: como se puede ver en las fotos esta pieza presenta desgaste en el oro, pero esto no le resta belleza a esta maravilla.
Sobre Haviland
Dice
la leyenda que la historia de los Haviland, como prestigiosos
productores de porcelana fina, comenzó con una taza quebrada. Un cliente
la había llevado a la tienda Haviland de la calle Williams en Nueva
York para ser reparada. David, uno de los hermanos, tomó la pieza y
quedó observándola con fascinación. Nunca había visto algo similar, no
se parecía a nada de lo que normalmente importaban de Inglaterra o
Francia y vendían en el local. La pieza, de un blanco níveo y tan
delgada que llegaba a ser traslúcida, provenía de la region de
Limoges en Francia, donde desde el siglo 18 se producía porcelana con el
Kaolin proveniente de los yacimientos de la zona.
David no lo
pensó dos veces y se embarcó con su esposa y su hijo pequeño a
conquistar el viejo continente. A diferencia de las fábricas de la época
en Francia, fundó en Limoges (1855) una donde se realizaba la
fabricación y también la decoración en el mismo sitio, agilizando los
procesos con técnicas modernas.
Rapidamente, su prestigio de
fabricante de porcelana fina creció, sus diseños hipnotizaron a los
clientes norteamericanos con sus nuevos platos de forma ovalada, las
representaciones artísticas de flores pintadas a mano de aspecto
realista y el brillo blanco del material.
Los dos hijos de David,
Charles y Theodore, crecieron en el negocio familiar. Ambos continuaron
haciendo carreras de por vida en la industria, cada uno agregando su
propio estilo único, estética de diseño e innovación a la marca
Haviland. Pero a pesar de que la compañía gozaba de notoriedad mundial,
mantenerse en la cima de su juego seguía siendo un acto de equilibrio
constante. La competencia fue feroz tanto dentro de la industria como
dentro de la familia. Tras la muerte de su padre en 1879, Charles y
Theodore no pudieron ponerse de acuerdo sobre formas similares de hacer
avanzar la empresa, por lo que la partieron en dos. Ambos hermanos, que
ahora operan al frente de sus propias empresas independientes,
incorporaron el apellido y libraron una guerra entre ellos por el primer
puesto en el mercado.
Los hermanos compitieron entre sí en todos los
niveles, desde el diseño hasta el precio. Si un juego de Theodore
Haviland salía a la venta, Charles produciría un juego similar. Si
Charles ofrecía un juego de porcelana de 15 piezas por un precio
determinado, Theodore ofrecería un juego de 25 piezas por el mismo
precio…y así sucesivamente.
Jean Haviland, el hijo de Charles,
amaba el negocio de la porcelana, pero estaba decidido a no continuar
esa feroz disputa entre familias, por lo que se mudó a Alemania y
estableció su propia fábrica (1907), primero como Jean Haviland y luego
como Johann Haviland. Sus productos fueron de alta calidad y simple
elegancia. Unos años más tarde vendió su negocio, que continuó con su
nombre hasta cerrar sus puestas en los años 70.
Theodore Haviland
por su parte continuó la tradición Haviland de artesanía de alta
calidad y diseño exquisito hasta nuestros días.